Provincias Patagónicas rechazan la apertura de la barrera sanitaria sin consenso
Las provincias patagónicas unieron sus voces para defender su estatus sanitario y rechazan la resolución de SENASA que pone en riesgo la fiebre a

Las provincias patagónicas unieron sus voces para defender su estatus sanitario y rechazan la resolución de SENASA que pone en riesgo la fiebre aftosa sin vacunación, crucial para la región. La Patagonia, reconocida internacionalmente por su condición de Zona Libre de Fiebre Aftosa sin Vacunación, enfrenta una amenaza colectiva que podría comprometer su prestigio sanitario, sus relaciones comerciales y su economía local. La decisión del organismo sanitario nacional fue adoptada sin el consenso necesario entre las jurisdicciones involucradas, lo que generó un fuerte rechazo y la necesidad de acciones conjuntas para salvaguardar los logros alcanzados tras años de esfuerzo.
Las provincias patagónicas rechazan la resolución de SENASA que amenaza su estatus sanitario, exigen diálogo y protegen su economía y prestigio internacional.
Las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén manifestaron su firme rechazo a la Resolución 460/25 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que autoriza la entrada de productos animales provenientes de zonas vacunadas hacia áreas sin vacunación en Argentina. La ministra de Producción y Ambiente de Tierra del Fuego, Karina Fernández, participó en la reunión de la Mesa Patagónica, donde se evidenció un consenso unánime sobre la necesidad de mantener los niveles sanitarios que diferencian a la región de otras áreas del país.

El impacto en el estatus sanitario y la economía
El principal argumento de las provincias patagónicas es que la resolución pone en riesgo el estatus sanitario diferencial reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMS y OMSA), que certifica a la Patagonia como una zona libre de fiebre aftosa sin vacunación. Este reconocimiento no solo refleja el compromiso con protocolos rigurosos, sino que también es un pilar fundamental para mantener la confianza de los mercados internacionales. La apertura indiscriminada de las fronteras sanitarias, sin tener en cuenta estas particularidades, podría derivar en restricciones que afecten las exportaciones de carne y otros productos de origen animal.
Las relaciones comerciales con países como Chile y la Unión Europea, que valoran y exigen garantías sanitarias específicas, están en riesgo si Argentina no mantiene su estatus diferencial. La pérdida de esta condición facilitaría la imposición de barreras sanitarias, perjudicando a productores locales y generando un impacto negativo en la economía regional y nacional. Además, la normativa fue adoptada sin un proceso de consulta técnica federal que contemple las particularidades logísticas y técnicas de provincias como Tierra del Fuego, que no poseen zonas vacunadas y, por ende, disfrutan de un estatus sanitario diferenciado.

La respuesta de las provincias y los pasos a seguir
Desde la mesa patagónica se acordó solicitar de manera urgente una revisión de la resolución de SENASA, así como la apertura de una instancia de diálogo técnico con participación plena de todas las provincias involucradas. La idea central es proteger el estatus sanitario y evitar retrocesos que puedan afectar la economía y la reputación sanitaria de la región.
También se decidió elevar un documento conjunto al Ministerio de Economía y a la Presidencia de la Nación, mediante el cual se exige una intervención política inmediata para salvaguardar los intereses sanitarios y productivos de la Patagonia. La ministra Fernández expresó con firmeza que “defender la barrera sanitaria no es solo proteger protocolos, sino resguardar el trabajo, la inversión, la calidad de nuestros productos y el compromiso de toda una región con la salud pública”.
Compromiso y futuro sanitario
Fernández enfatizó que la Patagonia es un bloque sanitario, económico y político que no permitirá que se retroceda en los logros alcanzados años de esfuerzo y sacrificio. La región reafirma su compromiso con una política sanitaria soberana, responsable y basada en la evidencia científica, que respete las particularidades territoriales y preserve la confianza internacional en sus estándares sanitarios.
El rechazo unificado de las provincias patagónicas refleja la importancia de defender un modelo de gestión sanitaria que ha sido ejemplo en el país y el mundo. La región continúa trabajando para mantener su estatus y garantizar la sostenibilidad de su producción, que representa un pilar fundamental para la economía del sur argentino y una muestra de la excelencia en salud pública y bioseguridad.